miércoles, 21 de marzo de 2012

Murray Schafer y Cómo enseñar música a los niños pequeños

Capítulo:” Cómo  y por qué enseñar música a los niños pequeños. La revolución creativa propuesta por Murray Schafer”

Autor: Luis Guerrero Ortiz                 Año: Junio, 2009            Editorial: no especifica.

       Tres son los aspectos relevantes que el texto presenta a partir de las ideas expuestas por Raymond Murray Schafer, compositor, educador musical, escritor, ambientalista, académico  y artista visual canadiense, conocido internacionalmente por su Proyecto “Paisaje Sonoro Musical”.
El autor del ensayo toma en consideración los aportes de Schafer, y con ello busca plantear una breve consideración acerca  de los siguientes puntos:
1. Las razones por las que la enseñanza de la música debe ocupar un lugar importante en la Educación Básica;
2. Cómo enseñar música  en la Educación Musical de los niños; y por último,
3. Algunas reflexiones acerca de los retos y responsabilidades que las políticas públicas ocupan en la Enseñanza de la Música en los establecimientos.

      Para el primer punto, el autor apela a que la existencia de la música permite al hombre desplegar de manera más plena su condición humana, y dejarla al margen de la formación de los niños representaría una negación de su identidad más natural. La importancia de enseñar música “radica en la posibilidad de formar una generación que recupere una capacidad inherente a su naturaleza como es la de reconocer y disfrutar los diversos sonidos de su entorno”[1], procurar formar una mayor capacidad para escucharse a sí misma, conectarse con sus voz y sus propios pensamientos, y junto a ello, ser capaces incluso de crear música o bien de intervenir en el diseño de la misma.

      Guerrero menciona la influencia que la cultura contemporánea -propuesta por otros autores- ha dejado en cómo se debe enseñar música. El encuentro de las lógicas COFIGURATIVAS y PREFIGURATIVAS (Margaret Mead), han dado paso a que “ los aprendizajes y las formas de vínculo social de los niños y jóvenes dependan menos que antes de los adultos, derivándose mayores grados de autonomía en sus formas de explorar el mundo, de socializarse y de educarse”[2], lo cual incide directamente en el proceder del profesional de la educación. De esta manera, la perspectiva de Schafer da una respuesta eficaz a lo planteado, cuyo proceder pedagógico debe estar orientado en primer lugar, por procurar que los alumnos descubran el paisaje sonoro del mundo, a lo cual denomina PAISAJE SONORO; en segundo lugar, permitirle a los alumnos descubrir el potencial creativo que cada uno posee; y en tercer lugar, propiciar el encuentro de la música con todas las artes.El profesor “debe planificar para su propia extinción”,  de tal manera que la creatividad en la sala de clases debe ocupar un papel principal al igual que los alumnos: Debe estar preparado  para ceder el protagonismo a los niños en la actividad creadora.

      Por último, las demandas políticas en la enseñanza de la música ya se hicieron oír durante los cambios curriculares de los años 90 que recorrieron el continente, cuyas aspiraciones ya en ese entonces recaían  en la conciencia que se tiene frente a los aportes de una educación integral que las artes proporcionan a la formación de los alumnos. Sin embargo, la “dimensión personal y afectiva de los niños entró al currículo, pero no entró al aula ni a la enseñanza”, por lo cual aún hay un trabajo inconcluso que se ha de realizar para generar cambios verdaderos y efectivos que favorezcan en el crecimiento de los alumnos.


A nuestro parecer...
        Lo planteado por Murray deja de manifiesto una vez más, el poco valor que la sociedad le ha otorgado a las artes y la música. Este vicio se ha visto abalado por la escasa importancia que los docentes y las mismas comunidades educativas le otorgan a estas áreas, simplemente por no comprender los objetivos que estas tienen,  y por no conocer sus utilidades y firmes propósitos en la formación de nuestro estudiantes.

       Es preciso detener estas malas prácticas que se ven reflejadas en la poca importancia que se le da a la asignatura prevaleciendo otras áreas como las matemáticas, las ciencias y el lenguaje, cuyo aporte puede resultar ser mucho más significativo si recordamos la variedad de talentos y capacidades que poseen nuestro alumnos, y que de una u otra manera, es responsabilidad nuestra procurar fomentar sus aptitudes, logrando una formación integral que rompa el ciclo de la sociedad actual.

       El autor hace una muestra completa y progresiva de cómo hemos de enseñar música en nuestras aulas, de tal manera que sean los niños los actores principales y nosotros unos espectadores  de su capacidad creativa y de goce.

Quisimos quedarnos con una cita de Luis Guerrero, quien apelando a las directrices de Schafer, hace un llamado a la sociedad. Con ello queremos dejarlos con un video que habla de la importancia del silencio y de ese paisaje sonoro que Murray nos presenta.

 “Limpiar nuestro oídos y aprender a escuchar, sin embargo, nos exige detenernos, caminar más lento, corporal, mental y emocionalmente, pues por esa vía nos hacemos más humanos, seres más conscientes de sí mismos y menos ejecutores irreflexivos y compulsivos de actividades diversas.” (Guerrero, 2009)







[1] Murray Schafer y Cómo enseñar música a los niños pequeños, 2009 pág 4.
[2] Murray Schafer y Cómo enseñar música a los niños pequeños, 2009 pág 5

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